El cambio climático tiene consecuencias como lluvias breves, pero de mayor intensidad, por lo que las redes de saneamiento deben estar en perfectas condiciones para minimizar el riesgo de atrancos e inundaciones.
Las redes fecales se atascan por el uso cada vez más común de las toallitas, mal denominadas desechables, ya que tardan mucho tiempo en degradarse y quedan adheridas a los elementos de transporte (tuberías, pozos, arquetas, bombas, válvulas, etc.), sumado a la acumulación de grasas y jabones, junto con otros tipos de sedimentos, reducen significativamente la capacidad de los sistemas.
En las redes pluviales esto ocurre principalmente por la acumulación de sedimentos, basura, hojas y ramas, y todo tipo de residuos. Si bien es algo no que vemos, y que a veces no se le presta toda la debida atención, hay que insistir en lo necesario de los mantenimientos preventivos mediante las limpiezas periódicas con equipos hidrodinámicos.